Cada día y desde mil lugares, nos habla la voz del gran hermano del futuro acerca de esto solar y aquello eólico. “El futuro es solar”, nos dice (ponedle la voz del Mago de Oz). El día después: “El futuro es el viento… uoosh!”. Pero todos sabemos que si tuviéramos que elegir entre estas opciones, solo hay una que tenemos en abundancia en España, la que nos trae a nuestros queridos guiris –imprescindibles langostas sandaliadas–, la que desborda nuestra costa: el sol.
Así, tendría sentido que el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio y el Gobierno hicieran todo lo posible para que estuviéramos bien posicionados en la vanguardia de la energía solar, ¿no? Pues no del todo. España instaló una capacidad total de 2.708.000 kW en sistemas fotovoltaicos (FV) en 2008, liderando el mundo. Alemania, en segundo puesto, instaló 1.992.000 kW. El año después la capacidad montada aquí cayó a unos escasos 17.000 kW. En cambio, los alemanes aumentaron a 3.806.700 kW. En 2010 llegamos a 392.000 kW establecidos, pero quedamos por detrás de Alemania, Italia, República Checa, Japón, EE.UU., Francia y China (ordenados por kW instalados, con Alemania, líder otra vez con 7.390.922 kW). El sol no nos ha abandonado todavía. Los políticos son otro tema.
Evidentemente, España ha dejado de invertir seriamente en instalaciones grandes de FV. Se hizo oficial el 27 de enero con la publicación del Real Decreto Ley 1/2012 anunciando “la suspensión de […] los incentivos económicos para nuevas instalaciones de energía eléctrica a partir de cogeneración, fuentes de energía renovables y residuos”. Antes de declarar esa moratoria, no obstante, el Gobierno publicó en noviembre del año pasado el Real Decreto 1699/2011 agilizando el autoconsumo para pequeños productores de energía, también conocidos como: tú. Subvencionar grandes instalaciones está out. Y permitir modestas instalaciones que pueden, en teoría, ser rentables sin ayudas públicas está in. Este RD 1699/2011 simplificaba la tramitación (y bajaba el coste) para la entrada en el sistema eléctrico de pequeños productores con instalaciones no superiores a 10 kW. La esperanza del autoconsumo es que nosotros los consumidores también nos hagamos productores pudiendo así, en condiciones correctas, llegar a un balance neto (también conocido por net metering): producir el 100% de la energía que consumimos.
Según el entonces Presidente de la Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF), Javier Anta, “El autoconsumo solar fotovoltaico ya es rentable en España”, en un editorial que publicó El Economista después del RD 1699/2011. El señor Anta, sin embargo, aprovechó como referencia unas tarifas fijadas por el Gobierno para grandes productores con instalaciones en suelo. “A los consumidores ya nos resulta más barato producir nuestra propia electricidad con un panel solar que comprar esa misma electricidad a la compañía eléctrica”, nos cuenta Anta. “Solo falta que la regulación lo permita.” Y ahí está la pega…
En el marco del RD 1699/2011, el Gobierno se comprometió a entregar, en unos tres o cuatro meses otro decreto concretando esa regulación. Con el RD 1699/2011 facilitaron la idea, el concepto de autoconsumo, darte de alta, digamos. Pero los detalles administrativos, técnicos y económicos los dejaron para abril. Te habrás dado cuenta de que ya estamos en mayo. De momento, el sueño del autoconsumo semi-off-grid tendrá que esperar. La no existencia del decreto pendiente hace imposible calcular la rentabilidad económica de nuestras futuras instalaciones solares. Hay mil preguntas pendientes de contestar. ¿Qué contador se requerirá? ¿Limitarán la potencia de la instalación del FV a la potencia contratada de la compañía eléctrica? ¿El autoconsumidor tendrá que pagar un peaje para acceder a la red? ¿Qué tarifas nos va a imponer? Y muchas más.
¿Así acaba? Nos quedamos esperando al Gobierno. ¿Esperando un Real Decreto que no tiene que ver con elefantes y caderas rotas? Pues por un lado, sí. ¡Democracia Real y Real Decreto YA! Pero legislación e inversión a nivel nacional no lo son todo. Hay una verdad más personal también. Por ejemplo, si eres inquieto, quizá te has preguntado, ¿tengo que esperarles?, ¿podría poner una instalación pequeña en mi balcón o terrado?, y así saltar directamente a, por lo menos, un mínimo de autoconsumo sin preocuparme (de momento) de las condiciones del Gobierno. Molaría, sí. Y es posible, pero hay complicaciones.
Tema balcón. Primero, Barcelona es densa y a veces vivimos en la sombra. Son pocos los pisos con suficiente sol directo para poder aprovecharlo de forma significativa. Y segundo, en tu balcón de 75cm x 120cm no cabe una instalación digna que te ayude realmente a reducir tu dependencia de la compañía eléctrica.
Si de todas formas te interesa (te aplaudo) en plan: “Quiero aprender y jugar a ser ingeniero solar”, hay placas pequeñas y asequibles, y hay dónde comprarlas en Barcelona. En Tienda Elektron, muy cerquita a la parada de metro de Vallcarca, Josep me enseña una placa de FV que mide un poco más que la hoja que lees ahora. Podría comprar la placa, el inversor, una batería de 12V y una bombilla de LEDs, dice, por unos 102€. Autoconsumo, here you come!
Este sistema podría captar suficiente energía como para encender cinco bombillas (de LEDs) durante dos horas, o cargar varios ordenadores y móviles, o escuchar la radio. Pero, ¿tu nevera? Ni de coña. Y Oliver Anzizu Müller del equipo de Azimut360, una cooperativa Barcelonesa de ingenieros especializados en la elaboración y ejecución de proyectos de energías renovables, avisa: “La batería es una de las cosas más tóxicas que puedes encontrar en este mundo. Es mucho mejor, en todo caso, enchufar la placa directamente a la pared a través de un transformador adecuado. Así eliminas la batería tóxica y disfrutas del autoconsumo instantáneo durante las horas de producción de la placa.” ¡Ojo!, para hacer esta pequeña instalación y conectarla a tu red interior debería estar legalizada por la compañía eléctrica distribuidora, si no sería una instalación ilegal.
¿Y en tu terrado? Es perfectamente natural mirar hacia nuestras terrazas compartidas y allí, algún día, encontraremos el remedio realmente factible para nuestra futura realidad urbana de energías renovables: metros y metros de cubiertas desaprovechadas asándose bajo el sol. ¿Obstáculos? Mil. Si incluso saltamos las complicaciones potenciales con los vecinos y las normativas para la edificación en terrazas mancomunadas y pasamos a las más asociadas con la energía solar, todavía nos encontramos ante la misma no existencia del Real Decreto detallando la verdad autoconsumidora. Los vecinos, probablemente, estarán a favor de una instalación FV en el momento en que vean el beneficio económico. Pero, de nuevo, sin tarifas, sin normas concretas, no nos pondremos a pensar. Ya pinta suficientemente mal saber que hasta ahora las instalaciones compartidas no se podían clasificar por separado. Las instalaciones FV que compartían las mismas 14 primeras cifras en la referencia catastral (todos los pisos en un edificio dado las comparten) se consideraban una única instalación. Además de evitar que pisos individuales pudiesen aprovechar una instalación de FV para su propio consumo, la normativa de antes provocaba que las instalaciones que se clasificaron como una sola cobraran menos por kW insertado en la red, ya que cuando la suma de potencia de las instalaciones superaba los 20 kW, la tarifa de venta de energía obtenida era menor. Según como quede el RD y si no permiten la agrupación de usuarios, los vecinos deberán legalizar una instalación vinculada a un suministro, es decir, una instalación asociada a los consumos de la comunidad de vecinos –luz de la escalera, ascensor, etc–. Si no, deberán legalizar varias instalaciones, asociadas cada una de ellas al suministro eléctrico de cada uno de los vecinos. Rollo.
Resumiendo: ¿balcón? No tanto. ¿Terraza mancomunada? Not yet. Lo dicho.
De momento, hay dos buenas opciones para un individuo que quiera involucrarse y jugar un papel importante como consumidor, según los de Azimut360. Paso uno: reduce tu consumo. “La energía más limpia y barata es la que no se consume,” dicen. Y sí, lo has escuchado veinte veces, pero es clave. El paso dos quizá te sorprenderá más. Sabrás ya que tienes opciones con respecto a qué compañía eléctrica utilizas, tal como, por ejemplo, cambiamos de Movistar a Jazztel. Tenemos Endesa, sí. Tenemos Iberdrola, también. Pero hay otras comercializadoras de electricidad que garantizan la utilización de energías renovables. Som Energia, por ejemplo, es una cooperativa de energía verde. Si te haces socio pagando 100€ (te los devuelven cuando/si te das de baja) te prometen que el 100% de la energía que tú y el resto de los socio/as consumiréis se inserta en la red por parte de productores renovables certificados por la Comisión Nacional de Energía (CNE). Además de en la distribución, están trabajando para realizar proyectos propios de producción de energía 100% renovable en los campos fotovoltaico, eólico y de biogás y biomasa con el objetivo de poder proveer de sus propias instalaciones el 100% de la energía consumida por sus socios. ¿Lo más bonito, aparte de ser 100% verde? Que no cuesta más.
Además, mientras el autoconsumo suena de maravilla, ¿es eficaz tanto individualismo? Los de ASIF ya están mirando hacia un futuro donde el autoconsumo haya abierto las puertas a un balance neto compartido. Som Energia parece ser un buen ejemplo de muchos trabajando juntos para una mayor eficiencia que es posible con una filosofía clara y transparente. Tienen un apartado online dedicado al autoconsumo y a su futuro en España, y prometen mantenernos al loro. ¿O no quieres una compañía eléctrica partidaria de que produzcas tu propia energía porque es mejor para ti, el medio ambiente y para todos?
El Gobierno ya sacará el muy esperado Real Decreto pendiente y veremos si se ha hecho bien, a medias o mal. Continuará…
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Webs de interés:
La Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA)
Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF)
Som Energia
Comisión Nacional de Energía (CNE)